La directiva europea de eficiencia energética en edificios recoge las directrices para garantizar que los países integrantes de la Unión Europea (UE) cumplan con los objetivos establecidos para la disminución en las emisiones de gases de efecto invernadero y el consumo de energía. Así como para desarrollar una transición energética hacia formas de consumo más eficientes y sostenibles.
Para ello, la directiva europea de eficiencia energética en edificios ha establecido tres periodos para su ejecución. Uno a corto plazo hasta 2030, otro a medio con fecha límite 2040 y, finalmente, a largo plazo hasta 2050.
Según informes de la directiva europea de eficiencia energética en edificios, los inmuebles registran el 40% del consumo energético total. También son responsables del 36% de las emisiones de dióxido de carbono. Por estas razones resultan un activo clave para el éxito de esta transición energética.
La información que muestra la directiva acerca del parque inmobiliario actual expone su envejecimiento. Pues una de cada tres edificaciones existentes fue construida hace más de 50 años. Estima además que el 75% de los edificios de la Unión Europea hacen un uso ineficiente de la energía.
Objetivos
- Edificios inteligentes. Entre los aspectos que recoge esta directiva, se encuentran acciones relacionadas con edificaciones inteligentes. Se pretende que éstas sean capaces de operar más eficientemente mediante la implantación de sistemas de automatización y control. De esta forma, se insta a la utilización de nuevas tecnologías para optimizar su funcionamiento. Para facilitar esta evolución se ha introducido el “indicador de preparación para aplicaciones inteligentes”. Este baremo permitirá conocer la capacidad de los edificios para adoptar estos nuevos recursos.
- Financiamiento. Para hacer posible esta transición será necesario movilizar un mayor financiamiento público y privado para los trabajos de renovación energética. También para combatir la pobreza energética y elevar el rendimiento energético en las edificaciones más envejecidas.
- Sostenibilidad. La UE se ha propuesto sustituir el sistema energético actual por uno más sostenible, competitivo, seguro y descarbonizado. La transición energética tiene un enfoque global y requiere de cambios profundos en la infraestructura actual. Por esta razón es necesario que los edificios estén preparados para cumplir las necesidades de las nuevas formas de movilidad. Para ello la directiva ordena que los nuevos edificios deberán contar con equipos de carga vehicular.
- Renovación. Para lograr, de cara a 2050, la renovación del parque inmobiliario hacia edificaciones de alta eficiencia energética y totalmente descarbonizadas.
Conclusión
La directiva europea de eficiencia energética en edificios es la hoja de ruta que se marca la UE para evolucionar hacia un parque inmobiliario más sostenible. Con ella se promueven acciones de eficiencia energética, se fomentan las energías renovables y se pretende reducir las emisiones contaminantes.
Para alcanzar los objetivos fijados, los estados miembros deben diseñar acciones específicas y garantizar un acceso equitativo al financiamiento. Esto último resulta especialmente importante para aquellos sectores del parque de inmuebles con menos recursos.